ORUGA
He capturado una oruga que se escapaba
por la única cueva que me sobra.
Lenta como es,
me ha clavado su diminuta mirada
en el mismo epicentro de mi crueldad.
Aturdida en el primer segundo,
orgullosa en el segundo,
me ha arrojado a la boca
su último desprecio de vida.
Me resisto a pensar que se inmoló
en el mismo instante
en el que me arrodillé
a rezar una minúscula oración
de perdones anillados.
DÍA
Sobrevivir al primer rayo
de las falsas luces de plástico,
que con pastosa actitud
iluminan la ruta
en un despistado mapa,
desprovisto de costas,
ya perdidos los desiertos,
ya olvidadas las ciudades,
ya nunca jamás
nombradas
las cordilleras de tu espalda.
MÍMESIS
Tropiezo demasiado.
No sé dónde acaba mi cuerpo,
y empieza la calle,
dónde termina mi sombra,
y comienza el aire.