El Ayuntamiento zaragozano gestionado por ZeC, atado de pies y manos y sin posibilidad alguna de ejecutar proyectos de fuste dado el terrible endeudamiento heredado por la ¿gestión? de Juan Alberto Belloch y de su mano derecha, el incombustible Fernando Gimeno.
Los políticos de las diferentes Instituciones convienen en que la tarea fundamental de su quehacer es la aprobación de los respectivos presupuestos. Si tal aserto parece razonable, no lo es que nunca cuadren bien las cuentas. La práctica totalidad de las Instituciones cierran el ejercicio con números en rojo y solo cabe preguntarse cómo es posible que no sean capaces de regular gastos e ingresos, aunque tal desatino es el resultado tanto de la demagogia como del trabajar con pólvora ajena. Si no sirven para algo tan elemental como gestionar los dineros de todos sin producir desmanes y sin tener que recurrir a endeudamientos cuyos intereses asfixian ideas y proyectos, apaga y vámonos. Aquí mismo podemos contemplar el caso del Ayuntamiento zaragozano gestionado por ZeC, atado de pies y manos y sin posibilidad alguna de ejecutar proyectos de fuste dado el terrible endeudamiento heredado por la ¿gestión? de Juan Alberto Belloch y de su mano derecha, el incombustible Fernando Gimeno (a lo tonto, este señor lleva en el machito político desde 1982, justo cuando decidió enterrar sus veleidades izquierdistas en la ORT para integrarse en un PSOE que de manera ininterrumpida lo ha ido colocando en toda suerte de puestos y gabelerías). Pero es que en la DGA sucede lo mismo, en este caso merced a los desatinos de Luisa Fernanda Rudi (otra ignífuga, también desde 1982, en las filas del PP). Y lo mejor es que ahora, al frente de las cuentas comunitarias está el mentado Gimeno. Preparen los bolsillos y vayan asumiendo lo inevitable si Lambán y PODEMOS no lo impiden. Lo que está sucediendo con la Enseñanza Concertada sirve de ejemplo lamentable