El Gobierno del PP quiere que Cebrián siga teniendo la supervisión de la línea editorial de El País durante varios años.
En Prisa se ha puesto el sol
El ocaso de PRISA, grupo editor de EL PAÍS, empezó el año 2007, tras la muerte de su fundador y hombre fuerte Jesús Polanco. Ese año la OPA a Sogecable implicó subir la deuda a más de 5.000 millones y el comienzo de una serie de años de pérdidas que, el Consejo del 13 de octubre pasado, cifraba en 2.201,5 millones de euros.
El Grupo PRISA, además de EL PAÍS y elpais.com, es propietario de la Cadena SER (radio), Cinco Días (prensa económica), Grupo Santillana (libros de texto), Diario As (prensa deportiva), los 40 Principales (radio musical), Media Capital (TV1 en Portugal) y otros medios. Hace unos meses narrábamos en estas páginas las vicisitudes de su nacimiento “Liberales y falangistas (Pequeña historia de EL PAÍS)” hasta el año 2000. Hoy vamos a intentar ordenar la información de su evolución en los últimos años y la lucha por el poder de una cabecera mítica (“El País”).
Los motivos de la caída, además del elevado endeudamiento, han sido la aparición del cambio digital, la crisis económica global, la crisis de la prensa de papel, la dramática caída de la inversión publicitaria y, también, fallos en la estrategia empresarial.
Porque la gestión, como veremos, se ha centrado en la deuda y no en el lector y, tal vez por ello, el grupo PRISA está sufriendo más que otros medios. Así, desde el 2013, El País, ha perdido el 40% de sus lectores, frente al 26% de la media del sector. Y la Cadena Ser, ha tenido una reducción del 10% de sus oyentes mientras que la media ha sido solo del 6% Peor le ha ido a la Cadena 40 Principales que ha perdido el 23% de los oyentes. Va mejor ElPais.com, el periódico digital que alcanzo 18,6 millones de usuarios mensuales, en mayo de 2017 tras la absorción (digital) del periódico económico del Grupo 5 Días. Ante esta situación tiene su lógica que, en la primavera de 2016, el director, Antonio Caño, anunciase su inminente transformación en «un diario esencialmente digital», augurando incluso la futura desaparición de la edición impresa.
2017 ¿El fin de la era Polanco-Cebrián?
A 30 de junio de 2017, últimos datos conocidos, ver CNMV Informe semestral la deuda de la empresa es de 1.543,3 millones de euros, (de ellos 956,5 millones vencen a finales del 2018 y el beneficio bruto semestral antes de gastos financieros ha crecido de 86,4 a 118,5 millones. En 2017 PRISA está pendiente de vender Media Capital por 440 millones a Altice, (con una nueva perdida contable de 81,4 millones de euros) y ello si la operación acaba siendo aprobada por el regulador luso.
En el Consejo del 13 de octubre PRISA, acordó activar el Plan de sustitución de su presidente, Juan Luis Cebrián. Y añade el comunicado «sin que por el momento se haya presentado candidatura alguna al respecto», omitiendo que el candidato se había retirado una hora antes, por las presiones de La Moncloa, como luego narraremos. Ese Plan de sustitución prevé que de 2018 a 2020, Cebrián desarrolle una presidencia no ejecutiva.
El Consejo aprobó también una doble ampliación de capital: una de 450 millones, con derechos de suscripción preferente a 1,20 € por acción, y otra de 100 millones dirigida a los acreedores que poseen deuda de la sociedad y que quieran capitalizarla a 2,00 por acción. Para poder comparar diremos que el valor bursátil de PRISA ronda los 240 millones de euros y que la acción ha cotizado este año entre un máximo de 5,45 y un mínimo de 2,00 euros acción.
«La ampliación de capital está condicionada a la refinanciación de la deuda del grupo en términos y condiciones satisfactorios para los accionistas de la Compañía de forma que la deuda restante tenga un perfil más ajustado a la generación de caja de los negocios», dice el comunicado la empresa. Es decir, que se les pide a los fondos, dueños del 65% de los 1.546 millones que debe PRISA, una quita y más plazos de amortización, a la vez que se acuerda regalar al presidente ejecutivo, Cebrián, 1,6 millones de acciones.
La pelota pasa ahora a la Junta Extraordinaria de accionistas del 15 de noviembre, que tendrá que aprobar una reducción de capital de 154,3 millones, la compensación de pérdidas contra reservas por 1.578,74 millones, las dos ampliaciones de capital por 550 millones y la venta de Media Capital, si finalmente el controlador de Portugal autoriza su venta.
La gota que colmó el vaso contra Cebrián fue su propuesta, en septiembre, de vender Santillana a Rhône Capital por apenas 1.200 millones. El grupo Santillana es el negocio que produce casi todos los beneficios de PRISA. Tan mal sentó que, en contra de la propuesta, se unieron dos enemigos, dentro de su accionariado, la familia Polanco y el fondo buitre AMBER CAPITAL
Santillana, fundado por Jesús Polanco, comercializa material escolar para edades comprendidas entre los 3 y los 18 años -incluida la FP-, y es líder del mercado en España y en varios países de Latinoamérica. Su venta ayudaría a eliminar el problema de la deuda, pero dejaría sin ingresos al grupo, ya que ha facturado hasta septiembre de este año 513,5 millones de euros, el 50,2% de todo el grupo, y su participación en el EBITDA (beneficio bruto de explotación sin descontar los gastos financieros) del grupo ha sido, en ese tiempo, el 82,4%, es decir 163,8 millones de euros.
Volviendo a la ampliación esta tiene 2 problemas: solo el 50% de los accionistas ha confirmado que acudirá a ella y, además, falta llegar a un acuerdo con los tenedores de la deuda. Esto es visto como positivo por el expresidente de Telefónica, Alierta, quien lidera una operación junto con AMBER para controlar PRISA. Para ello, confían en que Telefónica, Banco Santander y Caixabank no suscriban la ampliación, y entren nuevos accionistas, lo cual unido a que la ampliación, como hemos visto arriba, es de casi el doble del actual capital de PRISA, daría lugar a un nuevo consejo de administración. Entre los nuevos accionistas quieren que participe Henneo (grupo Heraldo de Aragón), aunque estos no parecen estar muy interesados.
Un poco de historia: 10 años de pesadilla
El PAÍS inició su andadura en 1976, pocos meses después de la muerte del dictador. Su primer director fue Cebrián, tras la negativa de Delibes a dirigirlo. El periódico se convirtió en el más vendido de España y asoció su nombre a la naciente democracia. Recordemos que, en la tarde del 23 F, saco una edición especial en contra del golpe, horas antes del discurso del Rey. Fue también el gran valedor del PSOE de Felipe González, de allí nació una amistad entre ambos dirigentes que todavía continua.
En 1988 Cebrián deja la dirección del periódico para asumir la gestión de la creación de un gran grupo multimedia y multinacional, recordemos Canal Pus, etc.
En el año 2000 PRISA sale a bolsa y como dice la Doctora Núria Almiron de la Universidad Pompeu Fabra en su estudio “La financiarización de los grupos de comunicación en España: el caso del grupo PRISA” pasa a ejercer un «periodismo de mercado» movido por una única razón: ser competitivos. Ello, de acuerdo con las pautas neoliberales, se conseguirá mediante el aumento del tamaño, el crecimiento, la concentración de activos y la diversificación de productos y actividades. Y por supuesto, olvidando el valor sociocultural y la responsabilidad cívica del ejercicio del periodismo
En 2005, el entonces presidente de PRISA, Jesús Polanco, inició las emisiones de su canal de televisión en abierto Cuatro; aumentó su participación en Sogecable -televisión de pago- hasta el 24,5% y aprobó una Oferta Pública de Adquisición de otro 20% adicional; adquirió el 15,5% del diario francés Le Monde; elevó su participación en el grupo portugués de medios Media Capital hasta el 46%, invirtiendo más de 500 millones que, en la posible venta actual, no se recuperaran. Por otra parte, diez años después nunca ha logrado una posición dominante en ese país. También compró una radio en Argentina y una editorial en Brasil. En años sucesivos compró radios en toda América Latina, y creó el holding Unión Radio, encontrando un relativo éxito empresarial solo en México, dónde se asoció a Televisa En un solo año se invirtieron 512 millones, pero la deuda era solo de 602 millones de euros frente a unos ingresos de unos 1.500 millones y un beneficio de 152. El País era una máquina de hacer dinero y aportaba al Ebitda del grupo 144 millones de euros.
A finales de diciembre de 2007, con la muerte de Jesús Polanco todavía muy reciente, PRISA lanzo la opa por el 100% de Sogecable por casi 2.000 millones más. En total se invirtieron unos 3.000 millones de euros. Pero la época dorada del negocio del cableado y de los contenidos de TV de pago había pasado. Cuando se vendieron esas participaciones a Mediaset y a Telefónica se hizo por mucho menos. El endeudamiento había llegado a casi 5.000 millones de euros y, como decíamos al principio, fue el comienzo del fin.
A finales del 2008 las acciones se desplomaron en torno a un 80 %, y su beneficio neto (83 millones de euros) se redujo un 56,8 %. La empresa decide no pagar dividendos. Simultáneamente se vio obligada a iniciar una estrategia de desinversión, para eliminar la deuda, que aun continua. En 2008 cerró Localia y vendió a Longshore por 315 millones de euros sus tres edificios principales: su sede social, el edificio del diario El País y la sede de Radio Barcelona.
En 2010 vendió Cuatro y otras inversiones minoritarias Asimismo realizo una ampliación de capital. Con todo ello pudo cancelar cerca de 2.000 millones de euros dejando su deuda por debajo de los 3.000 millones
En 2011 vende el 10% de Media Capital. El Grupo, perdió 451 millones de euros, y Cebrián fue nombrado Presidente Ejecutivo y Fernando Abril Martorell, proveniente del Credit Suisse, Consejero Delegado con la encomienda de negociar la gran refinanciación de PRISA con los bancos. No solo lo consiguió, sino que logró, con la ayuda de Telefónica como luego se verá, que se incorporasen al accionariado de forma permanente. Tres años después, Abril Martorell dejó la casa con las cuentas del gigante mediático encauzadas a medio plazo.
Las ventas de activos continuaron en el periodo 2014-2015: el 17% de Telecinco, Ediciones Generales (incluía a las editoriales Alfaguara, Taurus, Aguilar, etc.) a Penguin Random House por 72 millones. También su filial portuguesa (Global Media Group) y casi toda su participación en Mediaset (Telecinco, Cuatro, Factoría de Ficción, Boing, Divinity, Energy) por un total de 540 millones de euros, también vendió Digital Plus (Canal +) por más de 700 millones a Telefónica, aun así hubo una pérdida de 50,4 millones en la operación. Ello permitió que en mayo de 2015 la compañía hubiera amortizado otros 1.284 millones de euros adicionales, situando la deuda bancaria neta del Grupo en 1.901 millones de euros a 30 de junio de 2015.
ACCIONISTAS
A 31 de diciembre de 2016 los principales accionistas de PRISA eran los siguientes:
- AMBER Capital UK LLP (19,29%)
- Rucandio SA, familia Polanco (17,53%)
- Telefónica SA (13,06%)
- International Media Group SARL, del sultán catarí Ghanim Al Hodaifi Al Kuwari[21] (8,17%)
- GHO Networks SA de CV, Roberto Alcántara Rojas[22] (8,04%)
- HSBC Holdings PLC (7,46%)
- Banco Santander SA (4,19%)
- Fundación Bancaria Caixa d’estalvis y Pensions de Barcelona (3,83%)
- Nicolás Berggruen (1,22%)
A 30 de junio de 2017, el patrimonio neto de la sociedad, incluyendo los préstamos participativos, es de 141,6 millones de euros, por lo que la sociedad se encuentra al borde del abismo. No es de extrañar por tanto el hundimiento de la acción: un 95% en los últimos cinco años.
Profundicemos un poco en la relación con PRISA de los tres accionistas principales.
Jesús de Polanco cuando murió el 21 de julio de 2007 era titular de un derecho de usufructo, que llevaba incorporado el ejercicio de los derechos políticos, sobre el 50,356 por ciento de las acciones de la sociedad Rucandio, a través de la que controlaba el 63,9 por ciento del Grupo PRISA. Sus herederos se habían comprometido con él a no vender su participación hasta que transcurriesen al menos 10 años desde su fallecimiento. La herencia incluía muchas otras inversiones, de hecho, sus sociedades de inversión colectiva alcanzaban alrededor de 400 millones de euros que fueron aglutinadas en 2010 bajo la denominación Nomit Global Sicav y, a partir de ahí, efectuaron diferentes reducciones de capital hasta que vaciaron sus arcas y la cerraron en abril de 2014. Desde entonces, su principal vehículo de inversión es Rucandio Inversiones Sicav.
En 2013, en el momento de la refinanciación, la familia Polanco poseía alrededor del 30%, hoy superan ligeramente el 17,5% de las acciones y mantienen el liderazgo gracias a haber sindicado su participación, en 2014, con el 8,9% del grupo mexicano que preside Roberto Alcántara. A ello hay que añadir el apoyo del 8,1% del grupo iraní International Media Group-
El año 2016 la familia fundadora del Grupo PRISA decidió sustituir al Santander por Abante para gestionar Rucandio Inversiones Sicav, en la que mantiene un capital de casi 24,8 millones de euros y sus inversiones están repartidas en empresas como Tubos Reunidos, Mapfre, Repsol o la propia PRISA (17,5%).
AMBER Fund es un fondo buitre creado en Nueva York en 2001 que llego a España en los primeros años de la crisis de 2008. En esos años jugaba en Bolsa a corto y a la baja contra empresas como SOS, Antena 3, PRISA, Abengoa y ACS. A partir del 2014 cambio de estrategia y empezó a invertir a largo plazo en los sectores del consumo, distribución y medios de comunicación y, en concreto, en PRISA y ENCE.
TELEFONICA Con la llegada de Rajoy a la Moncloa salvar EL PAÍS, y controlarlo, era una cuestión de Estado, y para ello se utilizó a Telefónica, con Alierta como presidente, quien fue discretamente comprando opciones sobre el 22% de PRISA sin conocimiento oficial del consejo de su administración, ni de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Para salir de esta anómala situación en la sombra convenció, en 2012, a los presidentes del Banco Santander y CaixaBank, de que se quedaran con parte de ese paquete mediante un canje de deuda por capital. Aquello supuso una inyección de capital de 434 millones, estructurada mediante una suscripción de 100 millones por parte de Telefónica en forma de bonos convertibles y la capitalización de 334 millones de préstamos en manos de Santander, CaixaBank y HSBC.
Telefonica ha comprado también varias de las empresas del grupo PRISA COMO Digital Plus.
La guerra de sucesión y la Moncloa
En 1988 Juan Luis Cebrián, es nombrado Consejero Delegado de para lograr su expansión. A la muerte de Jesús Polanco es nombrado presidente del Grupo, a él se debe gran parte del ascenso y caída de PRISA.
Cebrián tiene grandes amigos, empezando por el rey emérito, que, según algunas fuentes no confirmadas, ha pedido a los jefes de Telefónica, CaixaBank y Santander que cesen el hostigamiento contra él, y siguiendo por Felipe González, de hecho, su gran aliado ha sido el PSOE hasta que llego Pedro Sánchez por segunda vez. También, hasta hace poco, la familia Polanco.
Una vez que se abre el tema de la sucesión de Cebrián las luchas por el poder empiezan. Se barajan para presidente no ejecutivo, para realizar la representación simbólica del Grupo, a Manuel Polanco o Cesar Alierta. De hecho, César Alierta, ex presidente de Telefónica y buen amigo del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, anunció su intención de adquirir a Telefónica su 13% de PRISA por 25 millones y junto a Roberto Alcántara (empresario mexicano, accionista y también amigo de Peña) intento convencer, al parecer sin éxito, a Manuel Pizarro de que aceptase la presidencia, ya que la suya no es bien vista por la Moncloa.
Para sustituir a Cebrián el Banco Santander, en cambio, pensó en Javier Monzón, expresidente de Indra (1992 a 2015), actualmente consejero del Santander y persona de confianza de Ana Patricia Botín quien pensó en el como Presidente de Open Bank su filial online- CaixaBank, HSBC y los Polanco asumieron la propuesta. También lo hizo Telefónica. Pero no contaron con el principio accionista, AMBER ni lo comunicaron al Gobierno, grave error como veremos.
El Gobierno del PP valora muy positivamente la labor de Juan Luis Cebrián, por su falta de graves críticas al Gobierno durante los últimos años y su postura claramente institucional durante la crisis en Cataluña. El expresidente de Indra, por el contrario, no es bien visto en la Moncloa tras su enfrentamiento, en 2014, con Pedro Morenés, entonces ministro de Defensa y, sobre todo, por haber elaborado un informe demoledor él. Monzón fue sustituido en enero de 2015 al frente de Indra por el Gobierno y para ello conto con el apoyo de la Telefónica de César Alierta que compro[ una importante participación en INDRA.
Así pues, la maquinaria de la vicepresidenta se puso en marcha en una operación envolvente: Telefónica retiro su apoyo a Monzón y Cebrián se desdijo y volvió al plan inicial de mantener una cohabitación ejecutiva durante varios meses. A la vista de todo ello el candidato se retiró. Moncloa ha dejado claras sus dos condiciones: dar su visto bueno previo al futuro candidato y que Cebrián siga teniendo la supervisión de la línea editorial de El País durante varios años.