Se dice que fue una llamada de Rajoy la que “convenció” a las Presidencias del Santander y Telefónica de dar una salida airosa a Cebrián y de garantizar una ampliación de capital de muy dudosa rentabilidad.
La Junta General de PRISA del pasado 15 de noviembre ahondo los problemas de división entre los accionistas y disminuyo las posibilidades del Plan Financiero, para su salvación, aprobado en esa misma Junta.
La razón de este doble despropósitos es triple. por un lado, la excepcional situación política del país que hace de “El País” un compañero imprescindible para el Gobierno del PP; en segundo lugar, la crisis financiera de PRISA hacía necesario que Cebrián fuese obligado a dejar la Presidencia y, en tercer lugar, este, fiel a su papel desde hace años, lo hizo matando. Veamos cómo y las consecuencias predecibles de todos estos comportamientos para el futuro del primer grupo mediático de habla española.
En nuestro anterior análisis habíamos dejado entre interrogantes la posibilidad de que su sucesor fuera Jaime de Carvajal. Esta posibilidad tomo más fuerza cuando fue aprobada, unánimemente, por los consejeros independientes, en una reunión tres días antes de la Junta General de accionistas. Sin embargo, el Santander exigió que el candidato renunciara a sus puestos de Consejero Delegado del Grupo Arcano y a la Presidencia no ejecutiva del Banco EVO y, con buen criterio, este se negó y retiro su candidatura.
Ante esta situación el Consejo de Administración del mismo día 15, horas antes de la Junta General, adoptó como solución de consenso que el vicepresidente Manuel Polanco asumiera la Presidencia no ejecutiva el día 1 de enero. Ello se realizó sin el preceptivo informe previo de la Comisión de Nombramientos, saltándose así las normas internas de la empresa. Si se cumple esta previsión Polanco será el tercer miembro de la familia que ocupa la Presidencia del Grupo. Es un hombre de la casa, fogueado en las empresas del Grupo en Sudamérica y Portugal, aunque con no buenos resultados.
La consecuencia para los consejeros independientes de haber actuado como tales fue su cese o dimisión en la Junta General. ¡Así se ve la independencia en PRISA! Los ceses de los cinco consejeros fueron votados por separado, y aprobados por el 56% de votos, con un 26% en contra (AMBER Capital y HBSC) y 18% de abstención (el 8% de las acciones quataríes y otro 8 % de las mejicanas). Sus puestos fueron ocupados, por acuerdo del Consejo de Administración, celebrado unos días después, por representantes de los principales accionistas y acreedores.
Telefónica pone al político y empresario Javier Gómez Navarro, exministro de Comercio y Turismo (1993) fue accionista fundacional de El País y gerente de Cuadernos para el Diálogo. Actualmente ejerce la dirección de la consultoría empresarial MBD. Su hermano José Luis Gómez-Navarro es Director de Comunicación Corporativa y Marketing Institucional de Telefónica y miembro de su Comité Ejecutivo. También es próximo a Telefónica el nuevo consejero Francisco Gil Díaz, economista y político presidente del consejo de administración del Grupo Avanzia, compañía subsidiaria de ACS, y que fue presidente de Telefónica México y secretario de Hacienda y Crédito Público. Por su parte Santander pone a Javier Monzón expresidente de INDRA y miembro del Consejo de Administración de Santander España en la actualidad. Hace años fue también vicepresidente ejecutivo de Telefónica, y presidente de Telefónica Internacional.
Los otros dos nuevos consejeros representan a los principales acreedores: al Bank of America Merrill Lynch, Sonia Dulà, economista, que es vicepresidenta del mismo y ha trabajado también en Pemex y en Goldman Sachs. Conoce bien PRISA ya que dirigió las aproximadamente 500 emisoras del grupo en Sudamérica; y, por último, CVC European Credit está representada por Javier de Jaime que es el socio director de CVC Capital Partners para España e Italia.
Dejando ya los nombres pasemos al tema fundamental de la Junta General: la situación financiera de PRISA a 30 de septiembre que esta lastrada por unas pérdidas acumuladas de 2. 201 millones euros y una deuda a largo plazo con entidades de crédito de 1.586,6 millones de euros de los cuales 956,5 vencen a finales de 2018. Para resolver ambas cosas la Junta General aprobó un Plan de muchas fases para ser llevado a cabo, a ser posible, antes del 30 de junio
Empecemos por la deuda la primera fase es la venta de Vertix, sociedad propietaria del grupo de comunicación portugués Media Capital, (TV1, Radios y la productora de contenidos Plural Entertainment) por un importe de a 440 millones y una pérdida contable de unos 69 millones. Todo ello depende del visto bueno del supervisor portugués que lleva ya cinco meses sin decidirse.
La segunda fase es llegar a un acuerdo con los acreedores para que acepten tres condiciones: una quita de 50 millones, la conversión en acciones de otros 100 millones, y el alargamiento del plazo de pago.
Los acreedores son: Banco Popular Español, (actualmente perteneciente al Santander), KUTXABANK, Bank of America Merrill Lynch, BNP Paribas, CITIGROUP, CREDIT SUISSE, CVC European Credit Opportunities, DEUTSCHE BANK, GL Europe, GOLDMAN SACHS, HSBC, MAKURIA Luxembourg, MARINER GLEN OAKS FUND, MONARCH MASTER FUNDING, MORGAN STANLEY BANK, NATIONAL WESTMINSTER BANK, OCP Credit Strategy Fund y ONEX Debt Opportunity Fund. Curiosamente buena parte de ellos compraron, con grandes descuentos, la deuda que vendieron bancos como Santander y Bankia.
Pero el problema está en que ya antes de la Junta el 70% de ellos no estaba por aceptar la propuesta de PRISA. Ellos piensan que, antes de aceptar una quita, la compañía debe vender todos los negocios por los que ha recibido ofertas suculentas, como la editorial Santillana, por la que el fondo de capital riesgo Rhône Capital ofreció cerca de 1.250 millones. Y si no prefieren a finales de diciembre del 2018 ejecutar sus garantías y trocear la compañía que cuenta con activos relevantes, además de Santillana, como son la cadena SER, y la cabecera de “El País”.
La Junta General no parece que les hará cambiar de opinión, dados los insultos de Cebrián al mayor accionista de la sociedad, calificándole de “fondo buitre” y, por otro lado, el mantenimiento de la prima millonaria al mismo Cebrián, que los acreedores tampoco aceptan al considerar que bajo el mandato del actual presidente la cotización de la compañía ha caído un 90%. En dos informes encargados por los acreedores a Glass Lewis & Co e Institutional Shareholder Services Inc, estos manifiestan que son «escépticos para cualquier tipo de bonificación extra que recompense a individuos por acciones que consideramos intrínsecas a los deberes de un ejecutivo, como negociar ventas y transacciones de capital». Y, por otro lado, señala que Prisa «no ha logrado justificar de manera suficiente por qué el plan de incentivos es lo que les conviene a los accionistas».
Las partes están representadas en la negociación por dos pesos pesados: Houlihan Lokey, el mayor banco del mundo en reestructuraciones corporativas, en nombre de los acreedores, y Rothschild, en representación de Prisa
Y, como veremos, los acreedores tienen la llave del proceso ya que la ampliación de capital, que veremos a continuación, tiene una “Cláusula suspensiva” por la que no se iniciara si no se consigue una reestructuración de la deuda.
En cuanto a las pérdidas de 2.201 millones se aprobó en primer lugar su compensación contra los 1.584 millones de la totalidad de las reservas, y en segundo lugar compensarla con 154,3 millones obtenidos por la reducción del capital social desde los 235.007.874 euros actuales a 80.686.036,74 euros, mediante la disminución del valor nominal de la acción de 3 euros a 1,03 euros por acción y otra posterior de 1,03 a 0,94 para crear una reserva legal de 7,05 millones. Con esas operaciones puramente contables la cuenta “resultados negativos de ejercicios anteriores” queda reducida a -463.120.395,72 euros.
En cuarto y quinto lugar se realizaría una doble ampliación de capital: una normal de 450 millones de euros y la otra, de los 100 millones de conversión de créditos en capital que, como vimos arriba, se les pide a los acreedores. Ambas cifras dadas como nominal más prima de emisión
Por último, una nueva reducción del valor nominal de las 514.615.457 acciones nuevas y viejas de 0,94 euros hasta 0,10 euros, para dotar una reserva voluntaria de hasta 432.276.983,88 euros la cifra (una vez utilizadas para su disminución las primas de emisión, garantizaría la totalidad del resto de la deuda,) es orientativa ya que la definitiva vendrá dada por la suscripción total o no de las acciones nuevas)
Así que, si todo va bien ¡lo que es mucho suponer! las acciones tendrán un valor nominal de 10 céntimos. Su valor en Bolsa será como resultado simultaneo de la dilución del valor actual en bolsa al prorratearlo entre un numero mucho mayor de acciones (pasarían de 78.335.958 a 514.615.457) y de los aportes netos en forma de reservas y capital nuevos. Todo ello da un valor teórico de entre 1,30 y 1,40 euros por acción. El valor real dependerá de las expectativas.
Hasta aquí lo aprobado por la Junta y el Consejo de PRISA. Ahora, si miramos hacia el futuro, empiezan las dudas razonables.
¿Se llevará a cabo todo este complejo y pormenorizado programa? Pues es muy dudoso ya que existe la “Condición suspensiva” que citábamos arriba. “Las ampliaciones se realizarán si, y solo si, se consiguen las autorizaciones correspondientes por parte del sindicato de entidades acreedoras de la Sociedad que permita el vencimiento de los citados créditos para su capitalización y una renegociación de la deuda financiera de 1.548 millones de euros de la sociedad que a juicio del Consejo de Administración sea satisfactoria para la Sociedad y que asegure su estabilidad financiera.” Y como hemos visto, hoy por hoy, es muy dudoso que las entidades acreedoras acepten ya que tienen alternativas mejores para cobrar su deuda que pasan por el desmantelamiento del Grupo PRISA.
¿Cobrará Cebrián su multimillonario bonus? Pues también es muy dudoso ya que las condiciones para cobrarlo exigen que, antes del 30 de junio de 2018, se haya completado el Plan de Recapitalización, las acciones nuevas hayan sido admitidas en Bolsa y se haya vendido, de acuerdo con lo firmado, la parte portuguesa del PRISA.
Otro aspecto dudoso es la declaración de Cebrián en la Junta General dando como un hecho algo no aprobado por el Consejo, la creación de una fundación regida por un patronato, formado por personalidades y de indudable compromiso con el sistema democrático, que controle la línea editorial de El País e intervenga decisivamente en el nombramiento y cese del director del diario. Por supuesto el seria su primer presidente.
Pero seamos optimistas y pensemos que todo va a salir según lo previsto. Telefónica aportará 58,5 millones, el Santander 20, La Caixa 22 millones, HSBC, que al mismo tiempo es uno de los principales acreedores, desembolsará 40,5 y la familia Polanco, 76,5 millones, gracias a una línea de crédito que le concedería el Santander, el pulmón financiero de este rescate.
En resumen, con lo que ya aportaron en el 2013, Telefónica, Santander y CaixaBank habrán invertido cerca de 500 millones, de casi imposible recuperación, para cubrir una malísima gestión y garantizar la continuidad de El País unos meses más. ¿Cómo les compensará el Gobierno del PP? El tiempo nos lo dirá. Aunque algunos, muy mal pensados, dicen que el Santander ya se lo cobro por anticipado a principios de junio de este año.
Como colofón: viendo toda la complejidad de la situación es dudoso que la solución de compromiso del 15 de noviembre se lleve a cabo y, mucho nos tememos, que a partir del día uno de enero, con Cebrián ya expresidente, habrá un acuerdo casi unánime dentro del Consejo para incorporar los intereses de los acreedores en la solución final. Y esta podría ser el desmantelamiento del Grupo. De nuevo: el tiempo nos lo dirá.