El pleno del Ayuntamiento de Huesca, por unanimidad ha acordado regalar al Ministerio de Defensa nada menos que 80.000 metros cuadrados de suelo para completar las actuales instalaciones del cuartel Sancho Ramírez, donde va a ubicarse el Cuartel General de la División Castillejos del Ejército de Tierra.
En acuerdo contempla “ceder sin reversión” los 80.000 metros cuadrados de terreno. Es obvio que tales instalaciones, cuando estén a pleno rendimiento, contribuirán a aumentar población a la par que generarán riqueza añadida para la capital oscense. También lo es el hecho de que si las necesidades de la Defensa Nacional lo requieren bienvenidas sean tales instalaciones, no en vano la defensa nacional es asunto que a todos los españoles y territorios obliga. No se debe criticar tal medida, sin duda, pero tampoco conviene olvidar aluna que otra cuestión.
Si a todos obliga la Defensa Nacional, todos los españoles deben implicarse en la misma, lo que significa que también habrá que compartir los gastos generados. El suelo tiene un precio y no parece lo más lógico que se regale tan alegremente lo que es de todos los oscenses. ¿No hubiera sido más correcto haber realizado una cesión a plazo equis renovable cuando fuera menester?
Es cierto que la instalación en la ciudad del Cuartel General de la División Castillejos reportará beneficios para la misma en diferentes ámbitos, como los de la vivienda, comercio u ocio. Pero cuando se puede “ceder”, no se entiende muy bien que se “regale”. ¿Qué sucederá si las necesidades de la Defensa patria exigen el traslado de tal Cuartel General a otro territorio, lo que nunca debe descartarse? Pues que el Ministerio de Defensa continuaría siendo propietario de los mismos. Siempre podría poner en marcha una “operación cuarteles” y vender o trocar lo que le salió gratis.
No parece haber estado fino el Consistorio oscense, aunque no se pueda negar la bondad de su intención última. Pero ya puestos, ¿por qué no regalar suelo a emprendedores o a cooperativas de ciudadanos que deseen construir?