La libertad de expresión es un valor de tal magnitud que requiere un debate a fondo, sosegado y con la participación de aquellas personas que realmente tienen cosas que decir, más allá de las necedades y lugares comunes de siempre
En los últimos días se han producido tres hechos que han puesto en primer plano de la actualidad a la “Cultura”. Solo por ello, ya merecería la pena el asunto. En España, se habla, debate y confrontan asuntos culturales, casi nos estamos pareciendo a Francia. Un tribunal de justicia ha ordenado el secuestro, esa es la palabra cabal, de Fariña, libro de Nacho Carretero con ya largo recorrido y que pronto veremos en versión audiovisual. Otro ha condenado a tres años y medio de cárcel al rapero Valtonyc por enaltecer, al decir de los jueces, el terrorismo y vilipendiar a la Corona etc., etc. Y el presidente de IFEMA Clemente González Soler, cuyo solo objetivo es el negocio, y así entiende ARCO, ordenó retirar las 24 fotografías que bajo el título “Presos políticos en la España contemporánea” firmaba Santiago Sierra y se exponía en el espacio de la galería Alvear. Como en eso que llamamos arte, parte elemental de la cultura, todavía hay clases, Carretero se está forrando y Sierra acaba de vender su cosa por 96.000 euros (la fotografía vende) a Josep María Tatxo Benet, socio ilustre de Jaume Roures, ya preparando exposiciones itinerantes con la obra retirada de Arco y ya propiedad privada, que se iniciarán en el Museo de Lérida (¿les dice algo Sigena y la provocación en marcha?), mientras que Valtonyc tendrá que hacerse el petate para penar su insolencia ahí donde quienes pueden elijan.
Y si, la libertad de expresión es un valor de tal magnitud que requiere un debate a fondo, sosegado y con la participación de aquellas personas que realmente tienen cosas que decir, más allá de las necedades y lugares comunes de siempre. Hasta ahora, solo ha parecido ser asunto de empresarios y mercaderes cuando debe de concernir a todos. Próximamente en estas páginas se abrirá un foro en el que junto con los pareceres plurales de relevantes intelectuales podrán participar todos los que lo deseen.
La libertad de expresión es patrimonio de todos, no solamente de quienes se sienten “artistas”. Está bien investigar, innovar y provocar. Y crear formatos plurales donde aparezca el genio del creador. Pero ello no significa que todo valga. Ni aceptar esa estupidez de que el arte está por encima de las ideologías políticas. ¿Se imaginan que, en lugar de los trasuntos de Oriol Junqueras, Jordi Cuixart o Jordi Sánchez Santiago Sierra hubiera pespunteado los retratos de Jordi Pujol, Millet o Penafreta bajo el título de, por ejemplo, “Catalanes ilustres esquilmando al común”? Josep María Benet no se habría gastado 96.000 euros ni mucho menos colgaría la obra en el Museo de Lérida.
ARCO no es el espacio adecuado para hablar de libertad de expresión sino de negocios y caras bonitas con la chequera preparada para saciar caprichos. El arte es negocio, sin duda, pero algo mucho más que negocio. Y los artistas, sometidos a tantas y tantas presiones y abusos. Ahora mismo, lo dejamos para más adelante, no conviene volcar palabras sobre lo acaecido en esa Feria del negocio ni hablar de arte, especulación, dineros negros y demás. La libertad de expresión requiere alejarse del dinero. Y mientras tanto, el más débil y errático, Valtonyc, al trullo (salvo que Roures decida encargarle algún programa para sus teles). ¿Libertad de expresión? La hay de muchas maneras y unos y otros la entienden en función de sus particulares intereses. Por ello es preciso un debate profundo.
No todo es arte, ni el oportunismo del «arte», ni puede ser libertad de expresión cualquier cosa, debate necesario en donde fijar los limites.
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Lo de ARCO es de manual ,, solo los idiotas son capaces de no ver la jugada ,, por lo que veo son legión los ciegos, el tema del libro FARIÑA es otra memez .. por que creo que el libro ya lleva la 6 ediccion de modo que a buenas horas mangas verdes,, los de los raperos la verdad no se para tanto ,, en resumen que es todo un cuento de preocupar
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