Mañana día 8, las mujeres van a poner de relieve su condición de motor que puede cambiar el mundo. Pararán, se concentrarán y saldrán a la calle para exigir la igualdad, poner coto tajante a la violencia de género, cerrar las brechas salariales, reivindicar otro modelo de sociedad y demostrar que, efectivamente, otro mundo es posible. Mañana no habrá una huelga general sino algo más importante, la manifestación y voluntad de que ya nada podrá ser como hasta ahora, el anuncio de que por fin se acaba el modelo patriarcal. Será un día feliz y para la ilusión. Muchos, muchísimos hombres, agradecen la lucha feminista y estarán con ellas donde, cuando y para lo que sea necesario. En todas las capitales de provincia aragonesas, en todas las ciudades y pueblos de nuestra Comunidad se van a escuchar las voces que anuncian con optimismo una revolución humanística para imponer los valores supremos de la igualdad, de la libertad y de la fraternidad.
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