por Ramón Anía Blecua, de la agrupación socialista San Braulio y del Party of European Socialists.
Decía Bertrand Russell, premio Nobel de Literatura en 1950: “Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer”. Esto viene a cuenta de los posibles errores que venimos cometiendo en el socialismo aragonés. A Javier Lambán le espera un apretado calendario, y una primavera tal vez complicada si de verdad, como él mismo aseguró, se decide a constituir la esperada ejecutiva socialista de Zaragoza. También fueron palabras suyas el afirmar que la persona que ocupe esa secretaría de la ciudad será candidato o candidata al Ayuntamiento zaragozano en las próximas elecciones de 2019. Claro que, en mi opinión, esa figura debería tener la potestad de poder hacer la lista municipal, sin injerencias del mismo Lambán o de otros dirigentes, que mantienen y reparten el poder orgánico desde hace ya demasiados años. Y digo eso, porque sería un nuevo error que nuestro secretario general, quiera imponer un nombre para esa candidatura. Tenemos los socialistas aragoneses una asignatura pendiente que nos puede llevar a otra confrontación, basta recordar que al sector de Carmen Dueso con casi el 44% de los votos, no lo quisieron integrar ni en la Ejecutiva ni en el Comité Regional; se cocinó unas listas orgánicas de poder que dejaron a muchos descontentos. Es otra opinión mía, el pensar que Javier Lambán y su gente, con el 56% de los votos conseguidos no aplicaron la necesaria representatividad, ya que en nuestra organización política interna que presume de total democracia, se nombró a varios miembros sin dependencia de participación ni criterio de validez. Y sabido es que la cooptación fue antaño tildada de nepotismo, aunque el eufemismo contemporáneo podría ser nombramiento como personal de confianza, lo que puede favorecer cuestiones como la mediocridad, enchufes, etcétera. Lambán, como buen discípulo de Alfonso Guerra, no olvida aquella frase: “El que se mueva no sale en la foto”. De cualquier forma, espero y deseo que Carmen Dueso, cuyo valor político ya no tiene que demostrar, sea muy pronto una buena candidata para esa agrupación socialista zaragozana que tanto necesitamos. Mientras, tengo para mi partido el PSOE-Aragón, varios anhelos: 1) Que los nombres que puedan acompañar en este proyecto a Dueso, sean militantes honestos, trabajadores y con ganas de recuperar el pulso de esta desafección interna y cierta apatía que ahora sufrimos. 2) Deseo que las personas del apartado anterior sean las mejores preparadas, profesional y personalmente hablando, y evitar mediocridad política. 3) Que en su limitada medida puedan luchar contra la cronificación de la temporalidad en los trabajos, precariedad y bajos salarios, además de ayudar a mitigar esta desigualdad que también se da en Aragón. 5) Que se evite en lo posible que los trabajadores aragoneses, vuelvan a tener el mayor descenso de sueldo que sufrieron durante la crisis, pues según datos del INE en octubre de 2017, el poder adquisitivo de esos empleados se ha reducido un 10,7%, la segunda reducción más alta de España, tras los trabajadores madrileños. Lo que me permite recordar también, que nuestro país se encuentra entre los diez países que peor calidad de empleo tiene de los 33 que integran la OCDE. 6) Que una vez realizadas las próximas elecciones de 2019, los socialistas aragoneses que ocupen un cargo público o de confianza, tengan verdadera vocación de servicio público, fuera de intereses particulares, evitando corrupciones, favoritismos, tráfico de influencias, etcétera. 7) Deseo que diputados y concejales elegidos de nuestra organización, no puedan desarrollar su función más de ocho años seguidos, pero siempre con la mejor ética y moral que se debe presuponer para ese trabajo. Y 8) Aunque no me haga mucho caso, me permito pedir a Javier Lambán, que mejore en transmitir calidad pedagógica socialista a todos los militantes y simpatizantes. Necesitamos ahora más que nunca un verdadero líder en Aragón al que creer.
En Aragón ya tenemos aprobados los presupuestos para 2018. La inversión pública sube un 13,30%, el gasto social crece un 5,65% y las políticas económicas y de empleo aumentarán un 8%. La otra buena noticia es que Aragón ha liderado el crecimiento en 2017, un 3,6% de nuestro PIB; cinco décimas más que la media nacional de comunidades que ha sido un 3,1%. Pero no todo son buenas noticias, 85.109 jubilados en nuestra región, según datos de Gestha, cobran pensiones por debajo del umbral de la pobreza, fijado en 8.200 euros anuales. Y tenemos, según Unicef Aragón, un 23% de niños en Zaragoza con riesgo de exclusión social. Para terminar con peores datos, el Banco de España nos ha dicho que nuestras arcas autonómicas cerraron el 2017, con una deuda de 7.959 millones de euros; y se cerraron las cuentas del pasado año con más endeudamiento, 473 millones de euros. En Aragón, ¿vamos bien o vamos mal?
Por concluir, y en cuanto a la política nacional, la economía española crece por encima de la media europea pero las pensiones de los jubilados solo han subido el 0,25%. Irlanda, Lituania y España, son los tres países de Europa que no han revalorizado las pensiones con el IPC. El presidente Rajoy ha dicho: “Las pensiones subirán lo que podamos”, y añade que esa subida solo será posible si se aprueban los Presupuestos Generales de 2018. Debería recordar este Gobierno que un 36% de los jubilados tienen pagas por debajo de los 650 euros mes, y ocurre que muchos de esos pensionistas sufren recortes con la Dependencia; cuestión que se agrava porque el 35% de las personas que solicitan esa ayuda, fallecen antes de cobrar. Las numerosas y continuas manifestaciones de diversos colectivos imponen ahora una cierta presión a Rajoy, la falta de Presupuestos, el debate sobre la Prisión Permanente Revisable, y un largo etcétera de temas laborales, económicos y sociales, deben llevar al Gobierno a una profunda reflexión para con acuerdos parlamentarios y nuevas recetas políticas, procurar la solución de problemas que afectan a millones de ciudadanos. Ya decía Platón: “La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo”