Todo el mundo está pendiente de la moción de censura presentada por el PSOE pero las maquinarias de los partidos no se olvidan e los próximos comicios autonómicos y municipales. PODEMOS también. En el caso de Zaragoza, y más concretamente de su Ayuntamiento, las aguas andan más que revueltas. Solamente el PP, avalado por la inexistencia de casos de corrupción en Aragón, tiene un candidato claro, Jorge Azcón, quien además cuenta con el firme apoyo de los poderes fácticos y del grupo Heraldo. Y no se preocupen, que Ciudadanos no será problema.
En el PSOE las cosas están menos claras. Únicamente existe una certidumbre, que el eterno aspirante Carlos Pérez está quemado y no tiene opción alguna de encabezar una lista que deberá apechugar con la malísima gestión desarrollada como oposición por el grupo municipal que hasta ahora lidera. Ya le buscarán acomodo. Mientras tanto, las agrupaciones socialistas zaragozanas son un carajal donde menos mandobles se dan de todo. El aparato lambanista está empeñado en que la consejera Pilar Alegría sea quien encabece la lista, mientras que la poderosa Agrupación Norte querría tal puesto para Carmen Dueso, y frente a ambas ha surgido un tercer nombre, el de Florencio García Madrigal, que contaría con no escasos apoyos y a quien desde algunos ámbitos ya están tratando de anular, para lo que andan buscando resquicios de su pasado como director general en el gobierno de Castilla-La Mancha. Difícil papeleta la de elaborar una candidatura que por lógica se sustanciaría con un acuerdo entre Dueso y Madrigal que, vayan a saber cómo, tendría que desbaratar el aparato para imponer a Alegría.
Y claro, ZeC. La coalición electoral que llevó al Ayuntamiento zaragozano a Pedro Satisteve se ha caracterizado por una gestión cuando menos problemática, más allá de buenas intenciones y de no escasos aciertos. Su incapacidad para acordar y pactar con quienes le apoyaron para acceder al poder, PSOE y CHA, le ha llevado a una preocupante situación que los zaragozanos no dejan de comprobar día a día. ZeC, con mejor buena voluntad que aciertos, ha tratado de realizar una gestión que en todo caso no ha entusiasmado a sus electores y ha encrespado al resto. Todos reconocen que Santisteve es un buen ciudadano de izquierdas al que, sin embargo, le falta capacidad de liderazgo y, además, equipo, un equipo qe pudiera estar a la altura de los retos que una gran ciudad exige.
ZeC, al día de hoy, es un conglomerado de intereses donde por una parte andan los “comunes” (los fieles al regidor) y por otra los chicos de IU, algún diletante mediante. Para elaborar las próximas listas deberán contar, además, con Podemos, que ha manifestado su voluntad de estar presente en el próximo Consistorio . Muchos comensales para un menú que se adivina escaso. Empujado por sus fieles y algún roquero de la vieja escuela en la sombra, Santisteve querría repetir, acompañado por una gavilla de fieles en puestos de salida. Alguien debería decirle que su tiempo ha pasado y que muchos de los que en su día le apoyaron hoy están desencantados y consideran que no es la persona adecuada para encabezar un proyecto ganador. En muchos ámbitos se le ve como un perdedor.
Y precisamente por ello en muy variados e influyentes sectores de Podemos se comienza a pensar en otros nombres que pudieran encabezar la candidatura al próximo Ayuntamiento de Zaragoza, con experiencia, capacidad y mano izquierda suficiente para acordar con PSOE y CHA las medidas necesarias para la buena gobernabilidad de la ciudad. Casi todos convienen en un nombre, el de la actual presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba. Muy bien relacionada con todas las instancias sociales y ciudadanas, esta joven política ha sabido dirigir sin problemas y con habilidad una institución que ha funcionado perfectamente. Y ello sin hacer dejación de los valores presentes en la formación con la que concurrió a los comicios. Coherente y dúctil, muchos consideran que es el gran valor que Podemos podría ofrecer a los zaragozanos como candidata a presidir el próximo Ayuntamiento. Continuará.