
Todos conocen que el Ayuntamiento de Zaragoza está gobernado por una coalición electoral, Zaragoza en Común (ZeC), que accedió al poder gracias al apoyo del PSOE y CHA. Y muchos saben también que PODEMOS ni se presentó como tal formación a los pasados comicios municipales ni formó parte de la mentada coalición electoral, aunque muchos de sus miembros, a título personal, votaron tal proyecto. Es sabido, igualmente, que numerosos votantes se dirigían a pie de urnas a los interventores y apoderados de PODEMOS preguntándoles dónde estaban sus papeletas para votarles, recibiendo la respuesta de que había que hacerlo a ZeC. Sin embargo, tanto los poderes fácticos como los medios de comunicación no han dejado de referirse a PODEMOS como responsable máximo de los males y desmanes que en su opinión caracterizan a los actuales regidores municipales.
Que en los pasados comicios PODEMOS cometió un gravísimo error al no presentar listas municipales propias parece hoy evidente, resultado de la bisoñez de sus dirigentes y de una falsa percepción de lo que debería ser la unión de quienes se situaban a la izquierda del PSOE. Una unión que fue utilizada por otros y que les deparó no escasos beneficios. Más allá de esas circunstancias, la realidad de las mismas se ha traducido en un Ayuntamiento cuya gestión, más allá de buenas voluntades y honradez contrastada, está siendo percibida como manifiestamente mejorable por parte de muchos de los que en su día lo votaron y de quienes pensaban hacerlo en el futuro. Los cristianos suelen decir que los caminos del señor son inescrutables, frase cuya traducción desde la izquierda podría traducirse por la orteguiana “no es esto, no es esto”. No dudando de las buenas voluntades, de un voluntarismo infantil y de sus buenas dosis de generosidad, lo cierto es que la gestión realizada por ZeC está sembrando de abstencionismo, por una parte, y de votos a la derecha por otra, el próximo devenir electoral. Tal y como están las cosas, con la parte de culpa correspondiente tanto al PSOE como a CHA, la derecha se está frotando las manos y ya cuenta con gobernar en el Ayuntamiento dentro de un año.
Al día de hoy, ZeC es una jaula de grillos donde cada uno va a lo suyo, ocupados en elaborar manifiestos los unos, en urdir estrategias interesadas los otros y no pocos desencantándose y preparando las maletas para irse a su casa. Tal vez por ello sea preciso que PODEMOS repiense su estrategia y abra un debate en su militancia sobre la conveniencia de acudir en solitario, con sus siglas, a las próximas elecciones municipales en Zaragoza capital. Seguro que no estarían solos y que contarían con apoyos que nada exigirían, salvo un programa serio e ilusionante. Una vez realizadas las votaciones, y con los apoyos de cada uno encima de la mesa, los pactos con IU, con ZeC, con CHA e inevitablemente, con el PSOE. Pactos de ideas y propuestas de futuro para la ciudad, desde la izquierda y lo posible.