
Carta baturra en homenaje a Florencio Jardiel en su pueblo natal de Híjar, el 13 de diciembre de 1908.
El 13 de diciembre de 1908 se hizo un homenaje al deán Florencio Jardiel, por parte del Ayuntamiento de Híjar y La Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País de Zaragoza, por su labor en los actos del Centenario de los Sitios y la Exposición Hispano-Francesa.
Aparecen dos documentos.
El 1º es la Descripción de todos los actos del acto del homenaje a Jardiel, extraídos de mi libro Florencio Jardiel. Un nuevo Pignatelli, que se publicó en 2008, con motivo de la Expo.
Y el 2º es un documento realmente precioso del habla popular, de una Carta Baturra, leída por su autor Don Francisco Burillo, presbítero de la Parroquia de Híjar en la velada que se celebró en el Patronato Católico de Obras Sociales el 25 de diciembre de 1908. Buena parte de la Carta trata de los actos del homenaje a Jardiel, aunque también aparecen otros hechos de carácter más familiar. El documento primero, sirve para entender el segundo.
Dos breves referencias, antes de pasar a los documentos. Francisco Burillo murió como consecuencia de la epidemia de gripe que asoló en el mes de octubre de 1918 a Híjar y toda la comarca, como también en el resto de España. Fue brutal la mortandad. De hecho, las Fiestas del Pilar no se celebraron aquel año. En cuanto al Patronato Católico de Obras Sociales, fue una institución creada, como los Sindicatos Católicos, Cajas de Ahorros, Seguros de Caballerías, por parte de la iglesia católica, y que podríamos enmarcar dentro de lo que se conoce como “catolicismo social”, con el objetivo de evitar la expansión de los movimientos socialistas y anarquistas por el mundo rural.
1º) Descripción de todos los actos del acto del homenaje a Jardiel.
“El 20 de marzo de 1908, aparece una carta en el periódico zaragozano El Noticiero, firmada por un hijarano, solicitando hacerle otro homenaje ya que el había sido el iniciador de la celebración del Centenario de los Sitios, con la correspondiente Exposición Hispano-Francesa; el había sido el primero que inició y trabajó con su trabajo y entusiasmo de su alma noble y generosa una suscripción patriótica y popular, que sirvió para despertar el alma aragonesa y lanzarla por la senda del recuerdo de sus pasadas glorias. Solicitaba el incógnito hijarano dedicarle una calle. Por estas mismas fechas la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País ya estaba trabajando en la realización de un homenaje, en connivencia con el Ayuntamiento de Híjar, en su honor. En un primer momento se pensó en el día 6 de diciembre, y hubo que demorarlo al domingo siguiente, día 13. Se debió este retraso a agobios de tiempo, ya que el día 5 y 6 son días de gran labor para la Sociedad Económica, pues en el primero, designado para la clausura de la Exposición Hispano-Francesa, recibe en su domicilio social al Ministro de Fomento a quien dedica una sesión solemnísima, y el segundo es el ansiado día en que se inaugurarán, en la parte o sección española, las obras del ferrocarril internacional del Canfranc, cuya consecución es una brillantísima nota más que apuntar en la gloriosa historia de la Real y Excma. Sociedad Económica que por esta razón tendrá, quizá, que intervenir en la inauguración de dichas obras.
Finalmente, el 13 de diciembre de 1908 se realizó en Híjar un homenaje organizado por la villa y por la Real Sociedad Económica Aragonesa Amigos del País. Los actos fueron brillantes y que paso a mostrar a continuación.
En el correo de Barcelona, a las seis cuarenta, en dos vagones reservados salieron hacia Híjar los socios de la Económica y admiradores de Jardiel. A las ocho y media descendieron del tren en La Puebla de Híjar. Allí esperaban los miembros de la Comisión organizadora: D. Pedro Dosset y D. Germán Jiménez Baselga. Obsequiados los viajeros con ligero desayuno, montaron en más de una docena de carruajes, algunos con cuatro caballos, puestos por todo el vecindario a disposición de la Comisión organizadora.
A la entrada de la villa bajaron los expedicionarios de los coches para recibir el cordial saludo de D. Florencio Jardiel, del párroco D. Gregorio Marcuello, del alcalde D. Mariano Sorribas, del Ayuntamiento, Cabildo Capitular y gran número de sacerdotes, de la comunidad de los PP. capuchinos y del Patronato Católico de Obras Sociales, todos rodeados con una inmensa muchedumbre.
A la entrada, en las calles que conducen a la parroquia, y en la puerta de ésta, había 4 vistosos arcos dedicados a D. Florencio, hijo predilecto de Híjar, por la villa de Híjar, por la Cofradía del Carmen, por la Asociación de las Hijas de María, y por el cura párroco y capítulo.
Llegados a la parroquia e instalados los expedicionarios en bancos, junto al crucero, celebró misa rezada el Sr. Jardiel. Ayudaron en la misa los socios de la Económica: D. Joaquín Briz y Emilio Laguna. Tocó el órgano, el hermano de éste, D. José María.
Los Sres. Ojeda, De Pedro, alcalde de Híjar Sr. Sorribas, el vizconde de Espés, el arcipreste D. Marcelino Cruceño y D. Julián Bel, ocuparon ricos sillones colocados en el presbiterio.
A continuación se marchó la comitiva al Ayuntamiento, donde se descubrió una lápida de mármol blanco en su honor, con ornamentación bellamente policromada, ideada por el arquitecto D. Luis de la Figuera, y ejecutada por el marmolista D. José López. A su vez había en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento un retrato suyo, pintado por el Sr. Marín.
Después se le dedicó una calle importante de la Villa, y se descubrió otra lápida en la calle Mayor, en la casa donde había nacido.
En las Escuelas Municipales se realizó un extraordinario banquete, servido por el Hotel Oriente de Zaragoza. Durante su celebración se recibieron numerosísimos telegramas de adhesión en su honor. Entre ellos cabe destacar el del Arzobispo, y el de Mariano de Pano, que decía textualmente lo siguiente: “Deberes ineludibles impídenme expedición, pero no me impiden brindar por nuestro gran director, a quien debe principalmente Zaragoza el Centenario. Él lo inició, trazó plan ejecución, arrancó ley subvención, púsola en obra y fue director, ingeniero, capitán y abanderado. Trabajó como nadie, venció toda dificultad, y los demás no hemos sido sino obreros o capataces dirigidos por tan gran maestro. Honor a Jardiel. Brindo por Jardiel y por Híjar, su Patria”.
Acabó el banquete con las palabras de D. Florencio:
“Una sola palabra he de pronunciar; lo hecho, hecho está; lo habéis querido así y me he rendido a vuestra voluntad; pero conste que considero tan desproporcionada a mis merecimientos la merced que me otorga vuestro cariño, que cualquier palabra que brotara en este instante de mis labios no expresaría lo que siente mi corazón. Me encomiendo, pues, a vuestra bondad inagotable; no exijáis más de mí, dejad que en el fondo de mi alma valore y pondere vuestro proceder para conmigo, y que allí guarde vivo hasta la muerte el recuerdo de vosotros, mis amigos buenísimos, en quienes si es de admirar la amplitud y nobleza de sentimientos, no lo es menos la esplendidez en la forma con que lo sabéis manifestar. Híjar, Sociedad Económica, amigos todos, miles y millones de gracias. Brindo por la patria española, por Aragón y por Zaragoza, por la Sociedad Económica Aragonesa, que tan grandes servicios ha prestado al país y por esta ilustre villa de Híjar, merecedora de todo nuestro afecto, y que sean dadas gracia a Dios, de quien desciende toda gracia y don perfecto”.
2º) Carta Baturra, leída por su autor Don Francisco Burillo, presbítero de la Parroquia de Híjar en la velada que se celebró en el Patronato Católico de Obras Sociales el 25 de diciembre de 1908.
Dende Zaborda le escribo Pal siñor
a mi chico el melitar CILIDONIO CASCOTES
pa que esté una miaja alegre Sordau raso
el día de Navidá. Regimiento e Luchana
MADRÍ
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Mi querido Cilidonio:
m´alegraré c´al recibo
d´estas lineas u estas letras
t´encuentres bien de salú,
la nuestra , a Dios gracias, güena;
tu madre y yo t´ encargamos
que sacudas la pereza
y escribas más a menudo
pa no estar con tanta pena,
porque va ya pa once meses
que no escribes ni una letra.
Hijo: sabrás que estos días
himos tuvido gran fiesta
pa dedicale una calle
al hijo de doña Pepa,
que está Dian en Zaragoza
y sabe más que Calleja,
aquel que cuando pedrica
siempre tié llena la Ilesia
y todo el mundo que l´oye
está con la boca ubierta.
Por estos detalles
pronto cairás en la cuenta
de quien es, y como el pueblo
se portó mu bien, ¡rediezla! .
Primero nos dijo el cura
cuatro cosas en la Ilesia
y el corazón al sentilo
se nos golvió de manteca.
Dijo que tol Aragón
venía a dale la venia,
por lo mucho que trebaja
en Zaragoza y afuera,
y que la gloria d´est´hombre
era también gloria nuestra;
que s´alegraría mucho
de que el pueblo respondiera
al llamamiento c´hacía
a toda la concurrencia.
Dijo también … que sé yo,
tantas cosas y tan güenas,
que como no me cabían
se fueron de la mollera.
El día once llovió mucho
lo menos pa tres cosechas
y de seguir así el tiempo
habrá güena sementera.
El doce salíó un gran día
y el trece fue de primera
con un sol como al verano
sin una nube ni media.
En el puente había un arco
con diez u doce banderas;
otro un poco más arriba
ande entra la calle Estrecha;
un tercero en Santa Rosa
entre la calle y la cuesta
con una corona en medio
y además con muchas telas
que caían a los laus
formando …., yo no sé que era,
lo mesmo paizía un arco
que un barco de muchas velas;
y por fín, pusieron otro
los curas, allá en la Ilesia.
Con este preparativo
fuimos toos a la espera
estando el puente llenico
y un piazo de carretera.
Allí estaba D. José, D. Alberto,
la tiá Petra, el tiniente, el botecario
y hasta el maistro de La Puebla;
- Pelayo, D. Lorenzo,
el Conte de la Miguela
con Juaquín el carpintero
que está casau con la Angela.
Estaban también la Jorja
con Miguel el de la Cuesta
u por mal nombre Cachirris
pa c´así mejor lo entiendas.
El tió Paco el Campanero
con Marqués y los Canelas,
los hijos del tió Celipe
y un yerno de la Estopera;
el pelaire del Calvario,
Manuel el de la Boleta
el yerno del tió Pascual
que nos trebaja la hacienda.
El Braulio de la Dolores,
otro que le hicen Boleas
con aquel guarnicionero
que vive allá en casa e Vela.
El tió Tomás el Tocayo,
el marido e la sargenta
el tio Antonio el Soberano
y Flores el de la Anselma.
Por allí andaba Pardicos
con el María la Buena
y hasta el Soro el ordinario
con D. Pascual Esponeera.
Pues mozas … había a manta
casi toas hiladeras:
la María del tio Enrique,
la hija de la Buñulera,
la Pamplona, la Pascuala,
la Carmen, la Rinconera
con la Asunción, la Dolores
y una hija de la Habanera;
la Inocencia del tio Rompe
la Concha la quinquillera,
la hija del apargatero
y tu prima la Varela,
la chica de la Vicentica
y la Blasa la tejera,
más otra que festejaba
con un mocico de Urrea
y que se estorbó pa Junio
por yo no sé que trascuenta.
Los curas, frailes, alcaldes,
en fin chico … pa que veas
hasta salió la tiá Roma
la Licerina y sus nietas;
te digo que estaba el puente
lo mesmo que plaza en feria.
¡Cuánto sintí yo aquel día
no vieras tanta grandeza!
Vinieron …. yo no sé cuantos,
toos eran de chaqueta
lo mejor de Zaragoza
lo prencipal de esta tierra.
Dispuse de dar unos vivas
al hijo de doña Pepa
que alegre y emocionado
lo agradecía de veras,
marchemos toos calle arriba
hasta llegar a la Ilesia
onde celebró una misa
- Florencio con urquesta
porque un siñor de los suyos
tocó el organo a conciencia.
De allí tol mundo a la plaza
que estaba maja de veras,
allegué al Ayuntamiento
y hablaba un siñor … Ujeda,
y al terminar aplaudimos
los de Hijar y los de fuera.
Aluego salió el alcalde
dijendo que aquello era
un gran osequio c´hacía
la Nomica Aragonesa;
osequio que no era a él solo
sino a la vara que lleva
por ser ella de tol pueblo
con la que a este representa,
y agarrando de un cordón
tiró la cortina aquella
y en un cerrar y abrir de ojos
pudimos ver descubierta
la placa donde se icía
el motivo de tal fiesta,
José María el Terrible
echó mano a la herramienta
y llamando a los músicos
que allí se hallaban mu cerca
cuando se tiro el cordón
tocaron una gran pieza
que le icían marchia rial
según dijo su parienta.
Al oir los destrumentos
los vivas y las palmetas
yo que no tengo prencipios
dije con toas mis fuerzas:
Viva la Rial Conomica
y el hijo de doña Pepa,
no sin antes alvirtirte
que sin que se aprecibieran
loco por el entusiasmo
me quité e la cabeza
aquel pañolico majo
que aún conservo de mi suegra
pa qui vieran los siñores
que entendemos de etiqueta.
¡Ay, que güen dia tuvimos!,
facil es que ya no güelva,
la calle el Barrio Verde
se llama de otra manera,
ahura es calle de Jardiel
con que tenlo bien en cuenta
por si escribes a tu tio
pa que pongas bien las señas.
Toos esos siñorones
que pasaban de sesenta
se subieron calle arriba
hacia San Bals, a las Eras,
al castillo, a San Antón
y a la una en punto a la escuela
onde había preparadas
muchas mesas en hileras;
allí comieron a gusto
un gran plato de paella,
pollos, merluza y asados,
salchichón y rabanetas,
vino de dos u tres clases ,
queso de cuatro maneras
y pal arrinque unas copas
lo mesmo que ascorzonera..
En fin, no te digo más
pa que no tentre dentera
y le cojas asco al rancho
y haigan de ponete presa.
Solo de copas habia
lo menos unas saiscientas;
además hubo cafeses
con que calcula y pondera
el dia que pasaría
en Hijar la Aragonesa.
Al rematarse los platos
uno que le hicen Herrera
leyó muchos tilingramas
de hijaranos que estan fuera.
Tambien habló un tal Monterde
que es abogau de primera
y que se llevó un aplauso
por decinos que esta tierra
era pa ellos tan querida
por ser de toos agüela.
Y la razon es bien clara
dijo, vantando la drecha:
Todos llamais a Jardiel
vuestro hijo por excelencia
y al que a nosotros nos trata
con paternal indulgencia
bien debe ser nuestro padre
por el afán que demuestra
en todos los intereses
de Aragón y España entera.
¡Fíjate que nietecicos
hay en nuestra parentela!.
Se marcharon mu contentos
y nos dejaron en prenda
unas horas a su jefe
pa que echara la sosiega;
y este muy agradecido
con Hijar donde naciera
nos dejó de cariad
unos cientos de pesetas.
Y pasando ahura a otro asunto
hijo, también quio que sepas
quel otro dia en las Foyas
tuve una cuestion mu seria
con un criau de un carguero
que venia de Lecera.
¡Ay, que cacho animalico!
Y que en resumidas cuentas
aun siendo yo el ofendido
él se ponia la venda;
gracias a que se calló,
si no, le bato las muelas
en menos que canta un gallo
pa que en jamás comprometa.
Hijo: tambien quio dicite
que ha estau malica la yegua,
que se murió el macho viejo
y que nos parió la cerda
diez tocinos que paician
manzanicas sanjuaneras.
Sabrás tambien que han ubierto
en casa e la Cilumena
del Tirau, una botiga
en donde se venden telas.
Sabrás tambien que tu primo
ya no se va a la taberna
sino que va al Patronato
que han puesto los de carrera
pa que nos golvamos hombres
que a veces paicemos bestias.
Como se acerca año nuevo
pues venite con licencia
y hasta haremos el mondongo
pa que te artes bien de pellas;
convidas a tus amigos,
al sargento y a quien quieras
pues bien sabes usequiamos
a los de casa y de fuera.
Me trairás una mantica
pa cuando vaya a la guerta;
a tu madre un delantal
y un pañuelo de cabeza;
a tu hermanica unas sayas
y al pequeño una chaqueta,
y … porque a tus padres
no le gustan desigencias.
Se me olvidaba decite
que te guardes bien las perras
pa traele un regalico
a persona que tu aprecias
que por ti mucho pregunta
y verte pronto desea;
yo no quio poner su nombre
pa que no te entre tristeza.
No disprecies los avisos
no olvides las advertencias
que toos juntos te hicimos
encima la Cruz Cubierta.
Adios hijo, hasta la tuya,
procura hacer güena letra
y poner bien claro el sobre
pa que Juan Ramón lo entienda.
Con memorias de la Blasa,
de Juaquín y de la Angela,
de Manolico el Herrero,
de tu madre y de la Pepa
recibe las de tu padre
que es siempre el que más te aprecia.
Celipe u el tió Celipe
Regidor de las Faceras.