Advertencia a las izquierdas

por Cándido Marquesán Millán

Advertencia a las izquierdas

Advertencia a las izquierdas españolas, aragonesas y zaragozanas: Instruíos, conmoveos y organizaos

Cándido Marquesán
Cándido Marquesán, Profesor de instituto

Antonio Gramsci decía dirigiéndose a las izquierdas: “Instruíos, porque necesitamos toda nuestra inteligencia; conmoveos, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo y organizaos, porque necesitamos toda nuestra fuerza”.  No se pueden decir más cosas en menos palabras. Y que las izquierdas españolas, aragonesas y zaragozanas deberían leer, reflexionar y sacar las conclusiones para su acción política.

Las izquierdas actuales andan totalmente desunidas, cuando no enfrentadas. Patético.  Deberían instruirse y usar toda su inteligencia para diseñar un discurso suficientemente bien trabado y atractivo para enfrentarlo al de las derechas.  Deberían también estar suficientemente conmovidas y sensibilizadas ante las gravísimas secuelas de las políticas neoliberales: desigualdad, paro, precariedad, desahucios, pobreza energética… ¿Están suficientemente sensibilizadas ante tanto sufrimiento? Si lo estuvieran, a no ser que estuvieran aquejadas de una irresponsabilidad manifiesta, es seguro que se organizarían adecuadamente y se presentarían unidas.

Las derechas están muy bien instruidas y tienen un relato muy claro, que podríamos resumir: bandera, rebaja de impuestos y antiinmigración. También están muy sensibilizadas pero para defender los intereses de las élites económicas, no de la gran mayoría de la población. Y sin embargo, una mayoría de la sociedad asume este discurso sin apercibirse de que le perjudica. Es muy avispada la derecha. Como señala Juan Antonio Molina en su artículo La responsabilidad de la izquierda en el ascenso de la ultraderecha publicado en Nueva Tribuna: “En alguna otra ocasión he recordado que alguien tan poco sospechoso de afiliación izquierdista como Emilio Romero, ínclito falangista director del diario “Pueblo”, afirmó que la derecha, para ganar unas elecciones tenía que mentir y la izquierda, sin embargo, no. Simplemente porque la derecha defendía los intereses de doscientas familias y eso no daba votos suficientes. Es evidente que no hay once millones de banqueros que se beneficien de la reforma financiera ni once millones de grandes empresarios que se beneficien de la reforma laboral”.

Las derechas están también muy bien organizadas. Ya está claro que tras las elecciones pactarán. Lo hemos visto en Andalucía. En campaña electoral se critican, se “tiran los trastos a la cabeza”, pero al final pactarán. Este guión alguien lo ha diseñado. VOX, cuyo nombre lamento citar para no hacerle publicidad, está recibiendo sospechosamente unos apoyos mediáticos incomprensibles, siendo todavía hoy una fuerza extraparlamentaria a nivel estatal.  A las élites económicas les preocupa poco la irrupción de la extrema derecha, que estaba antes camuflada en el PP. Su papel es presentar propuestas extremistas, como armar a toda la población, xenofobia pura y dura especialmente islamófoba, desmontar el Estado de bienestar, rebaja brutal de impuestos a los más ricos, etc. Así cuando gobierne Casado con Rivera las políticas que estos pongan en marcha, como las preconizadas por el ínclito Daniel Lacalle,  la población las considerarán moderadas, comparadas con las propuestas de VOX.

Termino con unas breves reflexiones dedicadas a la trayectoria histórica de la derecha y de la izquierda.

En cuanto a la derecha no ha existido gente más disciplinada, organizada y fundida. Es monolítica por instinto. Sabe muy bien, está muy acostumbrada, para qué sirve el poder. Con él puede acumular el dinero.  Su olfato por el dinero está muy desarrollado. Es argamasa de unidad inquebrantable.

En cuanto a la izquierda no ha habido gente más dividida, canibalizada y dispersa. La izquierda cree en la deliberación interna, pues el objetivo de gobierno y de repartición está muy lejos. Le sucede como al Nadaísmo, corriente literaria colombiana integrada por cuatro poetas que estaba dividida en cinco tendencias. Para unir a las izquierdas es menester someterlos a régimen militar, al Gulag, a la KGB, a los escuadrones que tiemblan ante comandantes todopoderosos. De otro modo, las izquierdas funcionan en plural.

Cándido Marquesán Millán

2 Comments

    • Me he limitado a reflejar un hecho. Pero el significado de mi artículo está en el título. O KGB o Pluralidad? Hay más opciones. Una de ellas la explica muy bien Boaventura de Sousa Santos:Boaventura de Sousa Santos *

      No pongo en cuestión que exista un futuro para las izquierdas, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir lo que tienen en común equivale a responder la pregunta: ¿qué es la izquierda? La izquierda es un conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que los seres humanos tienen todos el mismo valor, y que son el valor más alto. Ese ideal es puesto en cuestión siempre que hay relaciones sociales de poder desigual, esto es, de dominación. En este caso, algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros individuos o grupos en medios para sus fines. El capitalismo no es la única fuente de dominación, pero es una fuente importante.

      Las diferentes comprensiones de este ideal produjeron diversas fracturas. Las principales fueron respuestas opuestas a las siguientes preguntas. ¿Puede el capitalismo ser reformado para mejorar la suerte de los dominados, o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Debe ser conducida dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado es, en sí mismo, una relación de dominación, o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?

      Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el origen de violentas fracturas. En nombre de la izquierda se cometieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las izquierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igualitario gracias a ellas. Este siglo corto de las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años fueron marcados, por un lado, por una gestión de ruinas y de inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y otros lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.

      Mientras tanto, liberado de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial. Ahora vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie.

      ¿Cómo recomenzar? Con la aceptación de las siguientes ideas:

      Primero, el mundo se diversificó y la diversidad se instaló en el interior de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay internacionalismo sin interculturalismo.

      Segundo, el capitalismo concibe a la democracia como un instrumento de acumulación; si es preciso, la reduce a la irrelevancia y, si encuentra otro instrumento más eficiente, prescinde de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad debe ser la gran bandera de las izquierdas.

      Tercero, el capitalismo es amoral y no entiende el concepto de dignidad humana; defender esta dignidad es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, incluso las limosnas sólo existen como relaciones públicas).

      Cuarto, la experiencia del mundo muestra que hay inmensas realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativismo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.

      Quinto, el siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la cual hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.

      Sexto, la propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y si todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).

      Séptimo, el siglo corto de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que sobresale en todas las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas han estado dilapidando.

      Octavo, el capitalismo precisa otras formas de dominación para florecer, del racismo al sexismo y la guerra, y todas deben ser combatidas.

      Noveno, el Estado es un animal extraño, mitad ángel y mitad monstruo, pero, sin él, muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables, a la caza de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.

      Con estas ideas, las izquierdas seguirán siendo varias, aunque ya no es probable que se maten unas a otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.

      *Boaventura de Sousa Santos (Coímbra, Portugal, 1940) es doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale y profesor catedrático de Sociología en la Universidad de Coímbra. Es director del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de Abril de esa misma universidad; además, profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison.

      Traducción: Javier Lorca.

      http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-177226-2011-09-21.html

      Opinión. Tribuna de prensa

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