El Consejo Asesor para la Enseñanza de la Historia y la autonomía pedagógica

por Pilar Córdoba

El Consejo Asesor para la Enseñanza de la Historia y la autonomía pedagógica

En enero de 2018 el Gobierno de Aragón decidió crear un Consejo Asesor para la Enseñanza de la Historia a fin de que velara por la veracidad de los contenidos curriculares impartidos en los centros educativos y en foros sociales. Se quería con ello blindar una interpretación histórica de lo que fue la Corona de Aragón frente al peligro independentista, que allende la Ribagorza, había fragmentado y patrimonializado la unicidad de los diversos reinos con unos materiales y contenidos didácticos difundidos exitosamente en Cataluña al amparo de la autonomía curricular garantizada por nuestra CE y leyes autonómicas. Ahora ya sabemos que el tal Consejo Asesor estará formado por el Director general en materia de ordenación curricular y por los historiadores María Pilar Rivero, Eliseo Serrano, M.ª Carmen Frías, José Ángel Sesma y Guillermo Fatás. El objetivo se nos dice es evitar tergiversaciones históricas, hacer propuestas curriculares sobre la pedagogía de la historia, revisar los materiales didácticos (libros de texto) que se imparten en las escuelas e institutos, recomendar temáticas, velar por la veracidad de los contenidos sobre la historia de Aragón.

Parece todo muy inocente si no fuera porque pone en peligro la autonomía pedagógica y organizativa de los centros educativos que se alcanzó en 1990 con la LOGSE y que la actual LOE sigue garantizando. La ley educativa da autonomía a los centros educativos y al claustro de profesores para diseñar el curriculum, estableciendo de forma autónoma y libre la concreción de los objetivos, contenidos y criterios de evaluación de las materias didácticas, con las limitaciones establecidas por CE y los Estatutos de Autonomía. Es el Consejo Escolar de cada centro quien, de forma colegiada, con representación de todos los estamentos educativos, aprueba el material didáctico y el Proyecto Curricular de Centro (PCC). De ahí, que no se entiende cual es el marco operativo que un Consejo Asesor para la Enseñanza de la Historia integrado por cinco personas puede tener. Las competencias del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón en materia curricular tienen las limitaciones que la ley le impone, no es una patente de corso que le permita acampar a sus anchas sin el convenio de la comunidad educativa. Los historiadores mencionados, sin negarles su profesionalidad y rigor investigador en el ámbito universitario, son ajenos a la realidad formativa de la educación no universitaria, y más aún, a la poliédrica asimetría cultural de una sociedad cada vez más compleja de abarcar. Luego esa clase de magisterio mejor se la reservan para el alcance de su cátedras, fomentando la investigación y el debate historiográfico, velando por la calidad de sus postgrados, master y tesis doctorales, fomentando la difusión y publicación de las mismas, modernizando metodologías de investigación, dotando de contenidos competitivos a sus grados, promoviendo entre el profesorado universitario el reciclaje y la formación continua, impulsando nuevos paradigmas aun a sabiendas de la caducidad de sus propias tesis doctorales. Hay tanto por hacer en el ámbito de la investigación historiográfica que no se entiende el tiempo y los recursos administrativos que el Gobierno de Aragón va a desviar para crear un Consejo Asesor cuya única finalidad es “dirigir” de manera unívoca la pedagogía de la historia en los centros escolares. A nuestros jóvenes les protegeremos de la tergiversación histórica no tachando lineales en los libros de texto o censurando a determinados autores y editoriales, sino enseñándoles a leer libros de historia, cuantos más variados mejor, dándoles a conocer las fuentes primarias, haciéndoles disfrutar de archivos y museos, ayudándoles a reconocer la adulteración de las fuentes, su manipulación, dándoles capacidad crítica y poniéndolos frente a frente ante la tergiversación que queremos evitar, para que esta sociedad que queremos libre y diversa opte por la versión que más se aproxime a la verdad.

Unamuno decía que “el que se mete en su concha ni se conoce ni se posee”. No quiero que a mis hijos los metan en una concha historiográfica, y menos que lo hagan cinco historiadores y un alto funcionario de la Administración. Fue un logro del Partido Socialista el alto nivel de independencia pedagógica que se logró en España con la LOGSE. La descentralización educativa estimuló el trabajo en equipo de los profesores y la actividad colegiada de la comunidad educativa, si bien no fue acompañada de una dotación en recursos apropiada dicha carencia no desmereció tal logro. La iniciativa del gobierno de Lambán es una involución en la tradición socialista y no casa muy bien con el ideario pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza donde los catedráticos que la fundaron quisieron liberarse de toda influencia del Estado a la hora de impartir sus enseñanzas. Crear un Consejo Asesor para la enseñanza de la historia es innecesario, a no ser que se persiga influir e implantar a largo plazo una historia oficialista acorde con la línea política dominante. Porque si no fuera este su fin, mañana mismo el gobierno de Lambán estaría creando consejos asesores en materia curricular para todas las disciplinas científicas y sociales. Crear un consejo asesor para la Literatura, las Matemáticas, la Música, la Lengua Inglesa, la Geografía, la Física, las Ciencias Naturales, etc.… no interesa a los políticos, pero la Historia si, les interesa en cuanto que encuentran en ella la legitimación de un ideario presente, la legitimación de una concepción nacional sobre la que construir un modelo de Estado, la argumentación narrativa de una determinada política presente y futura. Les preocupa la enseñanza de una historia (story), de una constructio narrativa del pasado, pero les importa bien poco el conocimiento historiográfico que la población tiene sobre hechos históricos, les importa bien poco el avance de la ciencia historiográfica.

Sobre el alcance de las funciones del Consejo Asesor hay mucha vaguedad: emitir informes sobre contenidos curriculares que se publiquen sobre la historia de Aragón, proponer modificaciones curriculares y crear material curricular. Una verdadera incógnita cómo se integrará esta pretensión con la autonomía de los profesores y centros educativos, o cómo se cohesionará con él el derecho a la libertad editorial. La actualidad del país hace que seamos pesimistas y veamos en ello aquello que Tocqueville denunciaba en La Democracia en América, una ramificación incipiente aún, pero cierta, del despotismo, el cual nos priva de pensar juntos, actuar y tomar decisiones en común. Tocqueville nos advirtió del principal peligro para las libertades en las sociedades democráticas: la usurpación del espacio público a través de la cooptación institucional. Ese peligro se da cuando el Gobierno mediante una acción legal busca modificar, desde dentro, el régimen político de manera sistémica, introduciendo cambios sistémicos contrarios a la constitución política, creando nuevas reglas de juego cuya aplicación e interpretación sólo corresponde a quienes promueven dicha cooptación institucional. Es un proceso de baja intensidad, pero continuo y progresivo. “El usurpador -dirá Tocqueville- no destruye las voluntades, sino que las ablanda, las doblega y las dirige. Raramente fuerza a obrar, pero se opone constantemente a que se actúe. No destruye, pero impide hacer.”. No hay nada más sistémico para un país que la educación y la libertad editorial, por lo tanto, el usurpador a buen seguro que intentará cooptar el marco jurídico e institucional que la regula.

Usurpadores hay en todos los partidos políticos y en todas las instituciones del Estado, tan sólo es una cuestión de oportunidad en el cargo lo que hará que se manifiesten como tales. Si los versos de Miguel Hernández, cual cosquilleo despertaran lo que duerme en el seno de nuestra conciencia, si a su imprecación “despiertaté del todo, que te veo dormido/ que aún no te has despertado como despierta un toro/ cuando se le acomete con traiciones lobunas./Levántaté. / Resopla tu poder, despliega tu esqueleto/ enarbola tu frente con las rotundas hachas,/ con las dos herramientas de asustar a los astros,/ de amenazar al cielo con astas de tragedia./ Esgrímete./ Toro en la primavera más toro que otras veces, / en España más toro, toro, que en otras partes./ más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete./ Sálvate, denso toro de emoción y de España./ Sálvate.” operara un reconocimiento de la heterodoxia con la que es necesario convivir no seríamos ni “martillo de herejes, ni luz de Trento, ni espada de Roma, ni cuna de San Ignacio” sino una sociedad libre, sin Consejos Asesores, ni usurpadores.

Pilar Córdoba

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