
Como me estreno de becaria en este medio, los jefes me han recomendado sobre todas las cosas que antes de ponerme a escribir busque testimonios y contactos fidedignos que me cuenten las cosas tal y como ocurrieron. Y yo que vengo de Logroño y no conozco el recorrido a largo plazo de muchos cargos públicos de esta tierra me extrañó mucho que aquí hubiera uno que lleva más de 17 años en el mismo sillón y no se renovara su titularidad porque los partidos que lo eligen no se ponen de acuerdo, ni siquiera Podemos que tanto hablan de cambiar las cosas. ¡Toma castaña!, me dije.
Resulta que se trata de El Justicia de Aragón, algo así como el Defensor del Pueblo, que tiene su antecedente en los países escandinavos como el Ombudsman (Hombre Bueno). Bueno, pues aquí este señor se llama Fernando García Vicente, y su mandato según los estatutos es de cinco años, pero resulta que los partidos que trabajan en Las Cortes parece que les da una pereza horrible discutir sobre este tema, y siempre lo dejan estar porque total deben pensar que tampoco es tan importante quién esté o deje de estar en el cargo. Yo es que cuando lo supe me quedé alucinada y tiré de hemeroteca para enterarme bien si el personaje era tan extraordinario para seguir en ese chollo de cargo tantos años. Un cargo que protocolariamente representa la tercera institución de la Comunidad, y que ya en el 2010 cobraba 5.848,60 euros mes, más complementos. Además imagino que tendrá sus dietas, invitaciones, viajes, coche oficial, guardaespaldas, y demás privilegios, como por ejemplo viajar en clase preferente en AVE o avión (que a mí es una cosa que me chifla, pero como soy joven y becaria no me puedo permitir).
Bueno pues hablando de pasta, resulta que en 2010 (en plena crisis ) este señor se enfadó mucho porque pretendía recortarse su salario ¡menos! que sus señorías los diputados, y claro, Las Cortes rehusaron y dijeron que verdes las han segado. Lo curioso del caso es que no se cortó un pelo y la propuesta fue suya: la de que su sueldo no se lo tocaran un 10% menos como se iba a hacer incluso con el presidente de la DGA. Un detalle nada solidario con los recortes que se estaban produciendo en el país con los sueldos, el paro masivo, la sanidad, la educación. Pero el hombre dijo en sede parlamentaria que “la solución a la crisis no es reducir las retribuciones”. Se refería a la suya, evidentemente.
También he encontrado en la hemeroteca que en 2007 en plena ofensiva terrorista Fernando García Vicente fue muy criticado por no acudir a la marcha antiterrorista que tuvo lugar en Zaragoza contra el atentado de ETA en la terminal T4 de Barajas que costó la vida a dos personas. Su ausencia detrás de la gran pancarta (sale en la foto de los periódicos a cuatro columnas) “Por la paz, contra el terrorismo” no pasó desapercibida para los organizadores y la mayoría de representantes políticos que sí acudieron a la manifestación. Él arguyó que la protesta no contaba con todos los apoyos. Yo humildemente creo que a esas manifestaciones hay que ir con el corazón no con o sin los apoyos del PP, en este caso. Es que cuando los cargos de tanta importancia actúan así se les ve el plumero.
Asimismo he comprobado que a lo largo de estos años no ha abierto muchos expedientes o informes por iniciativa propia sobre temas candentes de la sociedad; aunque cada año se queja más la gente de todo y llama mucho a la institución. Normal, tal y como estamos. Como conclusión me pregunto si no hay en Aragón personas preparadas y con trayectoria intachable para renovar este puesto tan histórico y que cuesta tanto dinero a los aragoneses.
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