La consejería aragonesa de educación no marcha

Gobierno de Aragón

La consejería aragonesa de educación no marcha

Un gobierno progresista se caracteriza, entre otras muchas cosas, por la especial atención que debe dedicar a la Sanidad, a la Educación y a los Servicios Sociales. Y si esto es así, parece que el gobierno aragonés se ha dejado embelesar por su vicepresidente Aliaga, o lo que es decir lo mismo, el PAR. Un gobierno a la deriva que dice va a reformar el ICA cuando tal impuesto debe desaparecer por injusto, que se niega a aprobar una moratoria y que se apresta a cobrarlo desde ya mismo hasta que, ya se verá cuando, lo reforme. Buena papeleta tiene PODEMOS, por más que sus campaneros hayan lanzado ruidos de alegría ante lo que consideran una victoria. Pues no, señores podemitas, ¿no habíamos quedado en que era un impuesto injusto que había que eliminar? ¡Ay, tantos y tantos ciudadanos firmando contra el ICA en las mesas instaladas en plazas y calles!

Como síntoma, ahí está lo que Aliaga y Lambán pretenden, llevar a cabo unas políticas que en nada favorecen a la mayoría del electorado situado a la izquierda. Miren por ejemplo lo que está sucediendo con la enseñanza pública. Socapa de la falta de recursos económicos, por todas partes surgen barracones donde apilar a una juventud así ya discriminada con respecto a quienes van a la enseñanza concertada. Pero es que además, abundan como las setas centros públicos con aulas donde hay más de 30 alumnos (¿cómo enseñarles así?), el calor es asfixiante, se suprimen desdobles, por un quítame allá una burocracia no se permiten actividades tan edificantes como, por ejemplo, la práctica del ajedrez. O, vaya maravilla, el inspector de turno cita a departamentos para hablar de programaciones, etc. Y suspende la reunión para otro día, se supone que por imposibilidad material de acudir. Llega el día citado y no se presenta, sin haber tenido la delicadeza de realizar una llamada de aviso…. Las actividades escolares en manos de la buena voluntad de claustros y profesores, por supuesto. Y así hasta el infinito.

Ahora sabemos que sobran 2400 plazas en Escuelas de Idiomas. Y que muchos de los jóvenes que optan por la FP no pueden optar por aquellas ofertas que les interesan. Sabemos que deben acudir aquí y acullá para esperar a que los sorteos les sean favorables para obtener una plaza, aunque deseando hacer sonido, por ejemplo, tengan que conformarse con fontanería o jardinería. ¡Buena planificación, si señor!

La enseñanza pública, al día de hoy, se sostiene gracias a la generosidad y dedicación de un profesorado volcado que contempla cómo no se reducen las horas lectivas, aumentan los papeleos, se impone una reunionitis absurda, los horarios parecen un viva la Pepa, los salarios son más que insuficientes, y más y más. Se sostiene gracias a unos alumnos que tragan y tratan de hacerlo lo mejor que pueden, con escasas ilusiones y sin medios. Se sostiene porque la inmensa mayoría de madres y padres, además de una santa paciencia, ponen lo que pueden para que los centros traten de cumplir con sus objetivos.

Esto no puede ser. La enseñanza pública necesita una fuerte inyección económica y unos políticos que sepan estar a la altura. Aquí muchos se llenan la boca afirmando que la educación es el motor real de una sociedad moderna, equilibrada, tecnológicamente avanzada, presta a formar personas que se integren en los diferentes esquemas productivos. Si. Y la pieza fundamental de ese motor es la enseñanza pública, el patito feo del gobierno aragonés.

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