
No hay que tomar el todo por la parte, sin duda. Mas las noticias de que distintos cooperantes de la ONG Oxfam Intermon utilizaban las dependencias al servicio de tal ONG en Haití para realizar orgías en las que incluso participaban menores de edad, es como poco, absolutamente escandalosa y reprobable. El diario británico The Times se hizo eco ayer de tales hechos, y pueden acudir a su lectura para tener una cabal idea de tal despropósito.
Oxfam es una confederación internacional formada por 17 organizaciones no gubernamentales nacionales que realizan tareas humanitarias en más de 90 países. Su finalidad es “trabajar con otros para combatir la pobreza y el sufrimiento” y fue creada en 1942 en el Reino Unido. Actualmente cuenta con 5955 trabajadores y una amplia red de tiendas en todo el mundo y un presupuesto de 8,7 millones de dólares. Esta organización recibe al año cerca de 340 millones de euros provenientes de aportaciones realizadas por el gobierno británico y un sinfín de donaciones públicas.
Ahora se ve salpicada por unos hechos que tuvieron lugar durante su intervención en la ayuda humanitaria a Haití, tras el terremoto acaecido en 2010. Nada menos que el director de la organización en Haití, el belga Roland van Hauwermeiren se dedicaba a contratar prostitutas para celebrar orgías en la sede alquilada por Oxfam, lugar que, según The Times, era llamado “la casa de putas”. Lejos de actuar con contundencia, la directora ejecutiva de Oxfam, Barbara Stocking empleó paños calientes y no acordó medida disciplinaria alguna contra tal sujeto y los participantes en esos lamentables saraos. Tal y como recoge el diario El País, siguiendo lo publicado por The Times, las chicas que participaban en tales actos “llevaban camisetas de Oxfam, medio desnudas (…). En una fiesta había al menos cinco niñas y dos tenía camisetas blancas de Oxfam. Los machos que participaban solían hablar sobre la celebración de barbacoas de carne joven”. En el colmo del cinismo, la prepotencia y el dislate, Oxfam declaró que tales incidentes no fueron denunciados a las autoridades haitianas porque “era extremadamente improbable que llevaran a cabo acción alguna”.
Cierto, no hay que confundir el todo con la parte, pero hechos como los narrados, y además contando con la indolencia, si no la voluntad de ocultarlos, de Oxfam, ponen en cuestión el buen hacer de organizaciones pretendidamente humanitarias que hacen y deshacen contando con la buena voluntad y dineros de millones de ciudadanos. Algo habrá que hacer cuando unos delincuentes pretendidamente buenas gentes, utilizan los dineros para la abyección. Y si encima la organización calla y tapa…, apaga y vámonos. Una ONG jamás puede ser un lupanar.
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