Poemas de Paloma Bienert Barberán

El Rincon del Poeta_Paloma Bienert Barberán
David Giménez Alonso me da la alternativa poética con « Meantime », plaquette, en la zaragozana Editorial del(a) Imperdible ( 2012 ); en su entorno, he participado en el texto interdisciplinar “Cualquiercosario” (2013), y en el libro de grabados y poemas “Ábreme, versos entintados”, editado por el IES Damián Forment de Teruel (2014). En la actualidad, vivo en Santander. Apoyada por el Colectivo de artistas Territorio Kirguise, publico mi segundo poemario “Mandalas Vivientes”, Santander (2014). Recientemente, el librito Cartonero, “Mourning”, presentado en “Pasaje a Marte ” (2016). Con la emocionalidad repartida, he intervenido en espacios culturales de Zaragoza —“Pasaje a Marte” , “Postales desde el Limbo”—, Santander —Biblioteca Central de Cantabria, Librerías Gil y Del Puerto, Observatorio del Arte de Arnuero, Museo MAS, Aula de Poesía José Luís Hidalgo de Torrelavega—, y Murcia —Museo Ramón Gaya— . Adoro la precariedad de razón en la poesía… Me gusta pensarme amplia, descubrir las trampas que me pongo a mí misma, y los límites; dejar al hemisferio derecho fluir… Si alcanzase, hacerlo así “sentipensante”, con esta voz de los pescadores que refleja Eduardo Galeano en su “Libro de los abrazos”. Pues, escribe todo el que está atento —y recoger loqueseaquesea, al otro lado de las palabras, es cuestión de hábito y de oportunidad—, me gustaría participar en el presente circular de la obra escrita, hilo que conecta realidades no-solo-escritas, que explica el sentido, la vida, a quien no reniega de sí ni de ellas. Tal vez es cierto que no existe el tiempo, sino la coincidencia, el descubrimiento intemporal de lo humano. Santander, 19 de febrero de 2017. Paloma Bienert Barberán

Frío

En el frío te encuentro.

En la disputa, el vértigo de disolvernos,

en el anillo de vaho que

se apodera de mí sin conocerte.

(como exorcismo de una despedida,

 como si no te hubiera amado nunca).


Ensortijados

Los sueños se trasponen

de una cabeza a otra,

hebras en los costados.

Los míos, claros

sortilegios, pulpa de frutas

escapan hacia tu lado

y no desembocan.

Los tuyos, lúcidos,

tronco suave de ramas,

en nuestro vientre escancian

en nuestra copa

en camas separadas,

en la misma cama.


Tierra así

Tierra así. Donde se juntan los cuerpos para amarse.

Así, tu boca y voz. Tierra así, te quiero, donde el río

de tus ojos con los míos.

Subterránea mariposa, pliegue

de tu camiseta —la blanca o la negra— ,  mudanza

de alas en piel,

y muda infinita, te quiero.

Sin poder desprenderme del celofán que diste

al hirviente deseo de mis ojos, tristes sin su ángel,

sin subjuntivo, te quiero.

Galopa mi oído tu pecho, rescatado

de la intemperie de vivir, tierra así, te quiero.

Carne adentro y río

se anievan las sombras cuando

horado pecho en los labios.

Sostiene mi mano

temblor de tu rostro,

como dormido

como inclinado a una flor.

Extensa es mi cama cuando no estás,

y no hay cauce más brioso

ni más alegre brillo en los rápidos

ni más clara la hermosura del agua

sino este río en sonora luz, en su desembocadura     de ti.

Despiertas, oyes “hola”,

y es mi voz que te llama, dice “te quiero”

desde esta tierra que nos ha unido así.

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