Quemar retratos del Rey es libertad de expresión

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó el pasado día 13 que quemar retratos del Rey no es delito ni supone injuria alguna, ya tal hecho forma parte de libertad de expresión. ¿Y las letras de un rapero o las fotografías colgadas en una exposición (recuérdese Arco 2018)? Todo viene del lejano 2007, cuando dos jóvenes independentistas catalanes quemaron un cuadro del Rey Juan Carlos en Gerona y fueron acusados de injurias a la Corona. El fallo del Tribunal europeo, que desautoriza tanto la decisión condenatoria dictada por la Audiencia Nacional primero y posteriormente por el Tribunal Constitucional, considera que los hechos “son una puesta en escena provocadora cada vez más usual para llamar la atención de los medios de comunicación y que no van más allá de ser un recurso a una cierta dosis de provocación permitida para transmitir un mensaje crítico desde el ángulo de la libertad de expresión”.

Una vez más se pone de manifiesto la necesidad de abrir un amplio y profundo debate sobre la libertad de expresión que todo el mundo defiende pero que cada uno aborda según su particular ideología y percepción. Como la sentencia del Tribunal Europeo es de obligado cumplimiento, ya se pueden quemar los retratos de cualquiera (estaría bueno que solo pudieran quemarse retratos del Monarca) sin temor a que un tribunal español adopte sanciones a los pacíficos pirómanos. Como en botica, hay de todo. La división de opiniones es inevitable.