Terror en las Redes. Por, Margarita Barbáchano

Firmas de opinión

Margarita Barbáchano
Margarita Barbáchano, Escritora y Periodista

Una de las mejores noticias que he leído este recién estrenado año es que Facebook, Twitter, Google y Microsoft se alían para frenar el uso terrorista de las redes. Los grandes que controlan el mundo; es decir, nuestros perfiles, gustos, información y objetivos desde el ciberespacio por fin se ponen de acuerdo para conocer y vigilar a los sospechosos de preparar salvajadas como los atentados de Niza, Berlín, París, Bruselas o Bagdad, más lo que pueda venir. Los expertos nacionales en terrorismo, comunicación e internet afirman que los cuatro principales puntos  en los que se apoya  el yihadismo son el reclutamiento, la propaganda, el control del territorio y la financiación. Pues bien, este trabajo bien programado lo realizan fundamentalmente en las redes sociales (sobre todo en Twinter y Facebook) y casi exclusivamente el reclutamiento y la propaganda, además de la financiación. Pone los pelos de punta escuchar a un especialista del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que tres minutos antes del atentado de Niza se abrieron 3.000 cuentas en internet y que pasados los hechos se cerraron automáticamente. Fácil deducir que las consignas y los detalles se transmitían por esas cuentas. Un método fácil, gratuito, eficaz y rápido. La globalización tiene estas cosas.

Los militares y profesionales tanto de la Guardia Civil como del CNI reconocieron, en unas jornadas muy interesantes sobre terrorismo que se celebraron en Noviembre en La Aljafería, que falla la información que se tiene sobre los terroristas fichados. Ellos, los malos, están por delante en el manejo de internet: chatean continuamente, cierran y abren cuentas, editan vídeos técnicamente eficaces y publican mensajes donde se señala el objetivo a eliminar. Y lo hacen desde la impunidad del espacio virtual. Afortunadamente reconocieron que el camino a seguir en todo el mundo es el espionaje especializado en las redes para averiguar sus pasos, y prever dónde van a colocar el huevo de la maldad. Es un trabajo altamente cualificado que requiere utilizar sus mismas herramientas de comunicación. Por ello, la unión de las grandes plataformas puede ayudar y mucho en cómo controlar ese terrorismo en la red, neutralizar los mensajes alojados, dificultar su acceso y eliminar de forma instantánea sus contenidos. Los espías ahora trabajan delante de una pantalla para descubrir esos mensajes que circulan de un extremo a otro del mundo para terminar con la cultura occidental. Es muy importante que las fuerzas de seguridad del Estado tengan un alto conocimiento de internet y que ese conocimiento se convierta en su principal fortaleza , no en un temor a lo desconocido.

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